18 jun 2010

Ensayo: El Restaurador liberal. Juan Manuel de Rosas








Su historia en el quehacer nacional arranca con la invasión de 1806, cuando participó como voluntario en la conquista de Buenos Aires, dos décadas después en 1829 Juan Manuel lograría convertirse en el gobernador de Buenos Aires siendo unos de los exportadores ganaderos más poderosos. El mismo estaba ligado a una activa progresión nacional y anarquista, que comienza cerrar los caminos que la nueva generación intentaba abrir. Esta nueva generación encabezada por Echeverría que no tenía ninguna relación con el pensamiento socialista de estos tiempos, ya que este asume las siguientes posiciones:




1) Reproche a los unitarios por la rigidez de sus principios políticos y su preferencia por el despotismo ilustrado frente a una realidad nacional diferente.
2) Programa de aplicación de un democratismo filosófico inspirado en la revolución francesa.
3) Espíritu de emancipación social y cultural respecto de la tradición hispánica colonial.
4) Eclecticismo filosófico y pragmatismo inspirado por los sentimientos religiosos libre, arte verdadero apoyo del derecho, rechazado de la demagogia y de la tiranía, amor y respeto por los hombres y los pueblos.
Mientras que Rosas en 1818 había implementado con éxito un sistema de alianzas con los caciques indios, al ser comisionado por el director supremo Honorario Pueyrredón a defender la frontera del sur, esta manifestación fue una gran estrategia para apoderarse de la tierra que se inicia con la guerra del desierto donde mueren muchísimos indios. Rosas gobernó con mano dura contra los opositores, fuera unitarios o federales doctrinarios. Las sociedades popular restauradora conocida como la mazorca actúo como brazo paramilitar combinado un terrorífico aparato represivo y a ellos hay que sumarle las facultades extraordinarias que le permitieron abolir la independencia judicial. En lo político dominó el balance de poder aplazando cualquier intento de organización constitucional por considerar al país carente de la condición para la organización Nacional.
En 1820 se dedico a sus actividades privadas. Desde ese año hasta la batalla de caseros en 1852 consagraría su vida a la actividad política, liderando en el gobierno y fuera de él, ya que la provincia de Buenos Aires contaba con un territorio productivo más rico de la Nación Argentina poseía control de las aduanas. En relación a estos recursos se desarrollaron gran parte de los conflictos institucionales y las guerras civiles del siglo XIX en la Argentina.
Al asumir fue honrado con el título de “restaurador de las leyes e instituciones de las provincias de Buenos Aires”. Con eso se capto la voluntad de los seguidores del partido federal, sumando el apoyo del pueblo humilde de la capital que tenía de la población rural, su objetivo claramente nacionalista y autoritario con la esperanza de un largo gobierno” el rey es como un padre: ama, castiga y recompensa” pero Rosas solo castigo a todos aquello que estaban en su contra, aunque también firmo tratados de paz con otros que se convirtieron en su útiles aliados, ya que se aseguro la tranquilidad para los campos y pueblos ya formados, lo cual permitió un relativo avance de las provincias. Lo más importante que logro Rosas fue poner de su lado al ejército, a los estancieros y la opinión pública. A partir de este momento, las tribus cazadoras dependieron de las entregas de alimentos y fueron considerados por los bonaerenses como costosos parásitos del erario público, olvidando que desde el punto de vista de Rosas los pagos eran un precio a pagar por el uso del territorio que ellos consideraban suyos.
Para culminar con este ensayo solo me queda decir que la figura Rosista fue una estrategia de ideología liberal que deseaba organizar una constitución con manifestaciones de agresión contra los opositores, es decir una sociedad popular restauradora.

Rodríguez, Natalia del Milagro







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